Sequía

   A lo mejor es tarde para hacer consciencia, y la tierra ya nos dió la última oportunidad, triste que veamos las cosas cuando ya son inminentes.

   A lo mejor ni así, siempre habrá personas a las que no les importa mientras por el momento tengan la facilidad, pero para ellos y para los que si les importa, estamos en crisis. 

   No puedo brindar una solución para la sequía, no hay nada que pueda decir que resuelva el problema, pero si hay cosas que podemos hacer, para que en caso de que por cosas de la vida haya otro chance para hacerlo mejor, aprendamos a darle valor a nuestros recursos tan vitales como el agua, y mientras, en caso de que no, al menos conseguir extender los días con el agua que nos queda. 

   La higiene no es desperdicio, y hay usos del agua que a lo mejor no son necesarios; es parte de nuestra cultura el "echar agua" pero podemos limpiar nuestros espacios sin tener que inundar la casa.

Podemos dejar de llevar nuestros vehículos a un Car Wash dos y tres veces por semana, no estaría mal lavarlos simplemente cuando sea realmente necesario, en casa y sin excesos. 

   Cosas tan simples como no dejar las llaves abiertas, reciclar cuando sea posible, no excederse, porque es bien sabido que es demasiado la cantidad de agua que utiliza cada individuo en este país, la demanda es mucho más superior que lo que se genera. 

   Sé que es un tema más profundo, son muchos los factores que influyen en esta crisis que no solo está sucediendo aquí, es mundial; deforestación, clima, déficit en la protección de nuestros recursos a nivel constitucional, son muchos, pero esto es un engranaje y a cada individuo nos corresponde porque a todos nos afecta, ser conscientes y no vivir maltratando nuestros recursos, como que no hay un mañana.

   Cuidemos nuestros recursos naturales, pero en serio, y no solo hoy que estamos en crisis; debemos hacerlo parte de nuestra cultura, de nuestro estilo de vida, porque vivimos en un planeta que cambia, que sufre, y lamentablemente nosotros mismos somos los culpables, de dañar nuestro propio hogar.